Yo soy un conjunto de agua, calcio y de moléculas orgánicas. Tú eres un conjunto de moléculas casi idénticas, pero con una etiqueta colectiva diferente. Pero eso no es todo, porque la esencia de la vida no son tanto los átomos y las simples moléculas que nos constituyen como la manera de combinarse entre sí.
Nosotros estamos constituídos principalmente por agua, que apenas cuesta nada; el carbono se valora en forma de carbón; el calcio de nuestros huesos en forma de yeso; el nitrógeno de nuestras proteínas en forma de aire, que tambien es barato; el hierro de nuestra sangre en forma de óxido. Si sólo supiésemos esto, podríamos sentir la tentación de reunir todos los átomos que nos constituyen, mezclarlos y agitarlos. Pero como tú y yo sabemos, de esa mezcla no va a salir nada bueno. Pero hace unos años, a un personaje llamado Harold Morowitz le dió por calcular lo que costaría reunir los constituyentes moleculares correctos que componen a un ser humano comprando las moléculas en casas de suministros químicos. La respuesta resultó ser de unos diez millones de euros.
Y digo yo, ¿algunos indeseables salen mas baratos al tener menos neuronas?, ¿los altos valen mas y los bajos menos?, ¿y qué pasa con el gordo y con el delgado?. Afortunadamente hay otros métodos menos caros y mas agradables de hacer seres humanos.
Por cierto, si alguien te dice que vales mucho, créetelo.
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