Blog de Alejandro

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14 de marzo de 2012

Volver a empezar

Este artículo que estoy escribiendo ahora, vá a ser el último del blog, porque creo que ya ha llegado el momento de terminarlo. Con éste blog he querido recordar la obra del gran astrofísico que fue Carl Sagan y agradecer el esfuerzo que hizo para que personas como yo intentaran comprender quienes somos y lo que representamos en éste universo. Los artículos son trozos extraídos de su libro Cosmos, a los que yo he añadido algo de mi cosecha propia y un poquitín de humor, porque no tiene porqué faltar. En el blog podrás encontrar siempre armonía y equilibrio, palabras que siempre me han gustado, y por ello decido cerrarlo como no podía ser de otro modo, hoy catorce de marzo, el día del nacimiento del padre de la física, Albert Einstein. Es curioso, pero resulta que el último artículo del blog es el primero, y por ello me gustaría despedirme escribiendo íntegramente el último párrafo del libro:

"Porque nosotros somos la encarnación local del Cosmos que ha crecido hasta tener consciencia de sí. Hemos empezado a contemplar nuestros orígenes; sustancia estelar que medita sobre las estrellas; conjuntos organizados de decenas de miles de billones de billones de átomos que consideran la evolución de los átomos y rastrean el largo camino a través del cual llegó a surgir la consciencia, por lo menos aquí. Nosotros hablamos en nombre de la Tierra. Debemos nuestra obligación de sobrevivir no sólo a nosotros sino tambien a éste Cosmos, antiguo y vasto, del cual procedemos".

Espero de verdad el que os haya ayudado en algo por poco que sea. Gracias a todos. Gracias, Carl Sagan.

2 de marzo de 2012

Tienes madera

Al comer las plantas combinamos los hidratos de carbono con el oxígeno que tenemos disuelto en nuestra sangre por nuestra propensión a respirar el aire, y de este modo extraemos la energía que nos permite vivir. En este proceso exhalamos dióxido de carbono, que luego las plantas reciclan para fabricar mas hidratos de carbono. ¡Qué sistema tan maravillosamente cooperativo! Plantas y animales que inhalan mutuamente las exhalaciones de los demás, una especie de resucitación mutua a escala planetaria, boca a estoma, impulsada por una estrella a 150 millones de kilómetros de distancia.

Hay decenas de miles de millones de tipos conocidos de moléculas orgánicas. Sin embargo en las actividades esenciales de la vida sólo se utiliza una cincuentena. Las mismas se utilizan una y otra vez de modo conservador e ingenioso, para llevar a cabo funciones diferentes. Y en el núcleo mismo de la vida en la Tierra (las proteínas que controlan la química de la célula y los ácidos nucléicos que transportan las instrucciones hereditarias) descubrimos que estas moléculas son esencialmente las mismas en todas las plantas y animales. Una encina y tú estais hechos de la misma sustancia. Si retrocedemos lo suficiente, te encontrarás con un antepasado comun.

Así que visto desde éste punto de vista, no deberías molestarte si alguien te llama ¡pedazo de alcornoque!, porque al fin y al cabo, la mona aunque se vista de seda, aunque mas mona, pero mona se queda.

14 de febrero de 2012

Pide a los Reyes Magos


Hay una idea extraña, atrayente, evocativa, una de las conjeturas mas exquisitas de la ciencia o de la religión. Es una idea totalmente indemostrada; seguramente no llegará a demostrarse nunca pero excita enormemente. Se nos dice que existe una jeraquía infinita de universos, de modo que si penetramos en una partícula elemental, por ejemplo un electrón de nuestro universo, se nos revelaría como un universo totalmente cerrado. Dentro de él, organizadas como el equivalente local de galaxias y estructuras mas pequeñas, hay un número inmenso de otras partículas elementales mucho mas diminutas, que a su vez son universos en el nivel siguiente, y así indefinidamente: una regresión infinita hacia abajo, sin fin. Y lo mismo hacia arriba.

Nuestro universo familiar de galaxias y estrellas, planetas y personas, sería una única partícula elemental en el siguiente universo superior, el primer paso de otra regresión infinita. Esta parece ser la única idea religiosa que supera a la del número sin fin de universo cíclico infinitamente viejo de la cosmología hindú, sin principio ni final.

¿Como la energía, que no se crea, no se destruye, sólo se transforma?. Entonces voy a pedir para mi próxima transformación... Queridos Reyes Magos: la próxima vez quiero ser mas fuerte, mas alto, mas listo, mas rápido, mas gracioso, mas simpático, pero sobre todo mas rico... y prometo ser bueno ¿ok?.

Iluso de mí... que me creo el primer párrafo, y el segundo.. ¡y el tercero!. En fin, por si acaso, espero que les llegue mi pedido.

1 de febrero de 2012

Tycho Brahe. ¿Quién?

En la época de Kepler sólo se conocían seis planetas: Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. Kepler se preguntaba porqué eran sólo seis ¿porqué no eran diez o veinte?. Kepler, un maestro de escuela provinciano de orígenes humildes y desconocido por todos excepto por unos pocos matematicos, no paraba de buscar información y otras preguntas sobre el Cosmos, pero no tenía los medios necesarios.

Tycho Brahe
Había entonces un sólo hombre en el mundo que tenía acceso a las observaciones mas exactas de las posiciones planetarias aparentes, un noble danés que se había exiliado y había aceptado el empleo de matemático imperial de la corte del sacro emperador romano Rodolfo II. Ese hombre era Tycho Brahe. Casualmente y por sugerencia de Rodolfo II, acababa de invitar a Kepler (cuya fama estaba creciendo) a que se reuniera con él en Praga. Los dos tuvieron varios encuentros aparte de éste, pero Tycho se limitaba a arrojarle de vez en cuando algo de información: "Tycho no me dió oportunidad de compartir sus experiencias. Se limitaba a mencionarme, como si fuera de paso, hoy la cifra del apogeo de un planeta, mañana los nodos de otro..."

Tycho era el mayor genio observador de la época, allá por 1590, y Kepler el mayor teórico, pero Tycho Brahe no estaba dispuesto a regalar toda la labor de su vida a un rival en potencia mucho mas joven. Murió a causa de una infección urinaria que empeoró cuando se negó a dejar de moderarse en las comidas y bebidas. En su lecho de muerte, por fin legó sus observaciones a Kepler, y en la última noche de su lento delirio iba repitiendo una y otra vez estas palabras, como si compusiera un poema: "Que no crean que he vivido en vano... Que no crean que he vivido en vano... "

Que así sea.

15 de enero de 2012

No ignores tu alrededor

Desde siempre nuestros antepasados han estado construyendo observatorios astronómicos para medir el paso de las estaciones y del tiempo. Por todos los continentes existen muestras de ello, así como los observatorios de Angkor Wat en Camboya, Stonehenge en Inglaterra, Abu Simbel en Egipto, Chichen Itzá en México, y en muchísimos lugares mas.¿Pero porqué los pueblos de todo el mundo hicieron tales esfuerzos para aprender astronomía?.

Cazábamos gacelas, antílopes y búfalos cuyas migraciones aumentaban o disminuían según las estaciones. Los frutos y las nueces podían recogerse en algunas temporadas, pero no en otras. Cuando inventamos la agricultura tuvimos que ir con cuidado para plantar y recolectar nuestras cosechas en la estación adecuada. Las reuniones anuales de tribus nómadas muy dispersas se fijaban para fechas concretas. La posibilidad de leer el calendario en los cielos era literalmente una cuestión de vida o muerte. Los pueblos de todo el mundo tomaban nota de la reaparición de la luna creciente despues de la luna nueva, del regreso del sol despues de un eclipse total, de la salida del sol al alba despues de una fastidiosa ausencia nocturna. Esos fenómenos sugerían a nuestros antepasados la posibilidad de sobrevivir a la muerte.

Pero tú no tienes que preocuparte por eso, tan sólo tienes que poner el despertador por las mañanas para levantarte, y en vez de cazar puedes acercarte al supermercado mas cercano y comprar carne, verduras, pescado... en fin, lo que te haga falta. Pero eso no es motivo para que no te intereses por lo que tienes a tu alrededor...  aunque visto de otro modo, menos mal que hemos nacido en el siglo veinte, porque eso de tirar lanzas, al menos a mí, no se me dá muy bien. ¡viva el hiper!.

1 de enero de 2012

Te pareces a mí

Hemos sostenido la idea peculiar de que una persona o una sociedad algo diferente de nosotros, seamos quienes seamos, es algo extraño o raro, de lo cual hay que desconfiar o que ha de repugnarnos. Piensa en las connotaciones negativas de las palabras "forastero" o "extranjero". Y sin embrago los monumentos y culturas de cada una de nuestras civilizaciones representan simplemente maneras diferentes del ser humano.

Un visitante extraterrestre que estudiara las diferencias entre los seres humanos y sus sociedades, encontraría estas diferencias triviales en comparación con las semejanzas. Es posible que el cosmos esté poblado por seres inteligentes, pero la lección darviniana es clara: no habrá humanos en otros lugares, solamente aquí. Sólo en este pequeño planeta. Somos no sólo una especie en peligro, sino una especie rara. En la perspectiva cósmica cada uno de nosotros es precioso. Si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No encontrarás a nadie parecido en cien mil millones de galaxias.

Y ahora te pregunto... ¿Tan raro soy como para que no quieras parecerte a mí?. Bueno, quizas prefieras a ET, Yoda, Alien, Alf o Chewbacca, pero nunca te deprimas por ser quien eres. Animo y feliz año.